EL MODELO DE CORTAFUEGOS PRODUCTIVO

Una infraestructura que previene incendios activando el territorio

Diseñar un cortafuego productivo no es una acción libre o improvisada. Está condicionada por una serie de normas forestales, agrícolas y ganaderas que definen qué se puede hacer, en qué tipo de suelo, con qué autorizaciones y bajo qué condiciones.
Por eso, el primer paso para diseñar correctamente esta infraestructura es conocer la normativa aplicable.

Este modelo desarrollado por el Grupo Operativo PARAFUEGOS ofrece una solución innovadora frente al abandono del monte: en lugar de dejar que el combustible vegetal se acumule, propone crear zonas estratégicas activadas mediante usos productivos compatibles con la prevención.

A diferencia de los cortafuegos convencionales, que requieren mantenimiento constante o quedan abandonados, el cortafuego productivo se mantiene vivo, activo y rentable. Y lo hace integrando tres funciones esenciales:

🔹 Función preventiva

Romper la continuidad del combustible forestal

Se crean franjas o mosaicos agroforestales en zonas de alto riesgo, donde se reduce la carga vegetal mediante:

  • Desbroce estratégico del matorral.
  • Implantación de pastoreo controlado con ganado.
  • Plantaciones de baja inflamabilidad.

Estas acciones generan una infraestructura lineal o zonal que interrumpe la propagación del fuego y facilita el acceso a medios de extinción.

🔹 Función productiva

Aprovechar el suelo con usos rentables

El modelo apuesta por que el cortafuego se mantenga solo, sin necesidad de inversión pública constante, a través de:

  • Recuperación de olivares tradicionales.
  • Pastoreo silvopastoral con ganado caprino.
  • Mejora de pastos en zonas tratadas.
  • Implantación de cultivos leñosos de valor económico, como el castaño.

Esto convierte el cortafuego en una infraestructura agroforestal útil y sostenible, que beneficia al propietario, al ganadero y al territorio.

🔹 Función ecológica y paisajística

Restaurar el mosaico y la biodiversidad rural

La implantación del modelo mejora la salud ecológica del paisaje. Al recuperar zonas abiertas, olivares y zonas mixtas:

  • Se incrementa la diversidad vegetal y faunística.
  • Se reduce el impacto de grandes incendios.
  • Se favorece la resiliencia ecológica y paisajística del entorno.

🔸 Un modelo diseñado para ser replicado

Este modelo ha sido diseñado para ser estandarizable, adaptable y replicable en cualquier Zona de Alto Riesgo de Incendios (ZAR), siempre que se base en:

  1. Diagnóstico territorial.
  2. Conocimiento normativo.
  3. Diseño técnico ajustado al tipo de suelo.

En definitiva, prevenir incendios no es solo limpiar el monte: es darle un uso funcional, legal y productivo, alineado con el territorio y sus posibilidades reales.